lunes, 24 abril, 2017
De todos los animales, el caballo es el más propenso a sufrir cojeras. Especialmente temidas, los propietarios y jinetes no siempre consiguen detectarlas a tiempo.
Estas afecciones pueden afectar rápidamente a la calidad de vida y provocar un descenso del rendimiento. Por ello, Seaver ha desarrollado una herramienta de detección de cojeras.
Empecemos con algunas definiciones.
La cojera no es una enfermedad, sino una anomalía de la postura o el movimiento causada generalmente por molestias o dolor en una extremidad. También conocida como claudicación, la cojera impide el movimiento normal. Cuando un caballo empieza a cojear, su peso se transfiere a otro miembro para aliviarlo, lo que provoca una locomoción asimétrica.
La cojera del caballo puede deberse a varias causas. Puede producirse como consecuencia de un choque que provoque una inflamación. En este caso, se dice que la cojera es benigna y puede desaparecer al cabo de unos días. También es posible que una piedra se haya introducido en el cuerno, haciendo que duela al apoyarse en él. La intervención del veterinario o del herrador es entonces indispensable. La cojera del caballo también puede explicarse por un dolor en una de las extremidades. Éste puede ser patológico, como la artritis o la enfermedad navicular, o puede ser el resultado de una distensión o una tendinitis. En ese caso, es necesario un tratamiento adecuado para garantizar la recuperación del animal. El origen de una cojera también puede venir de más arriba, sobre todo de la rótula, la babilla o los hombros.
Por regla general, si la cojera se debe a una lesión esquelética, articular o del pie, será más pronunciada en terreno "duro". Por el contrario, si la cojera se debe a una lesión muscular o tendinosa, será más pronunciada en terreno "blando". Es esencial identificar el lugar y las causas del dolor para tratar la cojera.
Como ya se ha mencionado, cuando un caballo cojea, tiende a poner menos peso en la extremidad afectada para reducir el dolor. La Correa Seaver mide la distribución del peso por extremidad, ayudándole a detectar un problema a tiempo. Para ello, la herramienta compara el movimiento de arriba abajo y de izquierda a derecha del pecho del caballo durante la colocación de cada extremidad en el suelo.
Por definición, un caballo sano que se desplaza en línea recta y en terreno llano debe tener movimientos simétricos. Lleva el mismo peso en la pata delantera izquierda que en la derecha, y lo mismo ocurre con las patas traseras. Obviamente, esta regla sólo se aplica a los aires simétricos, es decir, al paso y al trote.
Se sugiere un umbral de alrededor del 25% de asimetría de movimiento para detectar un problema, por lo que un caballo que cargue un 25% menos de peso en una extremidad en comparación con la extremidad opuesta podría tener un problema con esa extremidad. Es importante señalar que la asimetría de movimientos no siempre indica cojera. Hay que tener en cuenta otros factores, como una mala postura del jinete, una mala colocación de la silla o una silla que no se adapta al caballo. En caso de duda, lo mejor es consultar a un veterinario.
Para más información sobre la simetría de movimientos, consulte nuestro artículo en colaboración con Camille Judet Cheret, amazona profesional de doma clásica: aquí
Un aumento anormal de la frecuencia cardiaca para la misma intensidad de ejercicio también puede ser un signo revelador de cojera. Con los electrodos colocados en el interior de la cincha, Seaver registra la frecuencia cardiaca de su caballo en tiempo real. Esto le permitirá detectar rápidamente una anomalía y anticiparse a la cojera.
No se asuste si no está seguro, hemos pensado en todo. La correa Seaver está equipada con un sistema de alerta. Esto significa que se enviarán notificaciones a tu aplicación móvil para avisarte de cualquier cojera.
La cojera también puede confirmarse visualmente. Para ello, es necesario observar al caballo moviéndose en terreno llano, en línea recta de frente, de espaldas y de perfil, al paso y al trote.
En caso de cojera de una extremidad delantera, la cabeza y el cuello tenderán a elevarse bruscamente cuando la extremidad dolorida esté en reposo, y a retroceder cuando la extremidad sana toque el suelo.
En caso de cojera de un miembro posterior, la situación es ligeramente diferente. La cadera sube cuando se apoya el miembro dolorido y vuelve a bajar cuando el miembro sano toca el suelo.
Equipo Seaver